Thursday, November 23, 2006

A puro taconear mierda




me voy a Paris.

Y terminamos haciendo el ¿te acuerdas?








Sentadas en un café en el barrio Chueca que nos costó encontrar.
A dos niñas que jugaban a vivir debajo de un puente, a dos niñas que nos les gustaba bajar a recreo. Tu me das la mitad (medida) de tu jugo y yo la otra de mi super 8. Solitas, en el marco de la puerta del cuarto básico. Pero debimos ser muy especiales, querida, para terminar llenas de amigos sentadas al final de la sala.
Salimos del café, minutos despuès de que, extrañamente, empezara a sonar Piazzolla. Nos sentamos en el metro. ¿Te acuerdas cuando nos sentábamos al final de la clase de matematicas?.

Tuesday, November 21, 2006

EN LA GRAN VIA COMPRE


zapatillas de moda, jeans de moda, un bolso café que pensé era violeta. Y un libro con un cuento que parte()


Las mujeres son putas asesinas, Max, son monos ateridos de frío que contemplan el horizonte desde un árbol enfermo, son princesas que te buscan en la oscuridad, llorando, indagando las palabras que nunca podrán decir. En el equivoco vivimos y planeamos nuestros ciclos de vida. (¿una asesina?, ¿una puta?, ¿ambas cosas?)



Y me volviò a pasar lo mismo, que podrìa resumirse en que hay mucha narrativa y poca poesía y la que hay es del siglo de oro español, una cosa que funcionó más en el teatro que en la lírica (que no me lean los críticos, pero tampoco me importa). No recuerdo exactamente, pero de las más de 50 estanterías de libros de bolsillo en español, una o dos, tenían un par de clásicos, nada que me muriera por leer. Volví a comprar Bolaño, salí de la librería con un chileno. Y cuentos, porque no habían perros románticos, no estaba tres.

Monday, November 20, 2006

SON TANTOS TITULOS (edicion de borrador)






En un taller con un viejito del barrio gótico, la despedida de un gato en la esquina de una ilustraciòn, Sabina en la espera del terminal.
Un café en el MACBA, despedida de Inés, los Fantasmas de Goya, paseo al mar, Alex te planté.
Me perdí en el Reina Cristina.
Un quinteto de Jazz en la rambla y yo que me moría también por un cantor con la voz de Caetano. Màs tangos en España. Mi ediciòn de Catedra de Rayuela, màs libros, màs peso. Y de nuevo el libro de Woody Allen que lo regalè allà.
Mis ganas de ir a Girona. Las pisadaas de mierda por ir mirando los techos. El Yogurt premiado. La comida de la Maca.
MIRÓ, los pájaros de Miró, las mujeres de Miró, los poetas amigos de Miró. El bolso de Lomografía que no me compré.
La colonia de fresa y las zapatillas naranjas.
El MAR
las gotas de lluvia, y el Sol para el resto de mis días
El Catalán de la librería, Mondrian en la librerìa
El Parque de noche que no me gustó
La muralla de gatos.
La peli que no alcanzamos a ver
El Museo de Dali al que no quise entrar, quería ir a Cadaquès
El principito en Catalá
El disco de Chano Domínguez
La galería con el nombre del poeta
Las pocas veces que recordé
Las mentiras sobre los teléfonos
Los cinco pisos de la casa de Maca
Subir mi maleta
el jugo de 5 euros, conversaciones sobre Flavia Berger.
Un disco de Inti illimani y Víctor Jara en la tienda de un turco
El peregrinaje hasta Mirò
los pies que me duelen
Por las conversaciones sobre el mundo, porque saliò todos los dìas el sol
porque me habrìa quedado.

Wednesday, November 15, 2006

VENGA, HASTA LUEGO




Mas de una vez Sabina ha reclamado por las viejas del barrio Salamanca: que le dicen rojo y alguna cosas más, que por mi devoción, no las recuerdo. No quisiera que en mi cara lo trataran así, ahora que habito yo en el barrio Salamanca. Pero podría soportarlo, si lo viera a unos metros de mí. Nico estoy quedandome acá, tu que me reclamas por datos concretos, como juanito que dice que me entiende bien poco y que a estas alturas, parece que solo basta con que me entienda yo. Pues no, porque escribo mi blog, para ustedes, mis amigos, para todos. Si no entienden, pregunten.

Les respondo el lunes, que es cuando vuelvo de Barcelona. Me arranco de la llluvia que partió esta tarde en Madrid. Quizá porque me voy.

Monday, November 13, 2006

Ya ves que no te pudiste ir



Ví en Madrid a Jodorowsky y no pude contener la sonrisa por la fila de madrileños que esperaban la firma de un chileno. Agradable, no?. Yo no hice filas ni compré un libro de Jodorowsky, aunque debo ser sincera: siento una tremenda atracción por esas filas y la secciòn latinoamericana. Me compré a Pound y el resto,siempre lo mismo ( la tentación de recuperar mis libros robados).

Hoy me bajó la pena cuando ví la poesía de Pizarnik, tan limpiecita en las estanterías. Y de enterarme que en Parìs hay un pintor que firma Piza y otro Arnik. Y que en el patio de la casa, debajo de la pawlownia, juega una gatita negra que imita su manera de abrir grande los ojos. (Ya ves que no te pudiste ir).

Eso lo robé yo. Pero lo pagué sacando un libro en francés que llevaba de regalo y otro de Woody Allen que era para mí. Eso del gato y la pawlownia es de Julio C. que escribiò a la Pizarnik porque estaba enojada con él por su largo silencio. Y yo caí justo en esa página de sus cartas y no pude no comprarlas.
A las 9 me fuí a ver Scoop, de Allen. No hay caso, no te pude dejar

Sunday, November 12, 2006

Iba cada Domingo a tu puesto del rastro a comprarte





Yo te voy a contar sobre el alma que vimos a la vuelta del Rastro, bajando del metro, de color rosa , unas patitas de hilo apenas tocando el suelo y una niña que corría, mientras su padre hacía caminar al cronopio. Nos encontramos con un cronopio.
El dueño del cronopio me contó que había viajado desde Ecuador, que el cronopio era ecuatoriano. Evidente. Acá nadie anda con las patitas apenas tocando el suelo. Las tienen bien pegadas los madrileños gritones: al tablao, a las calles, a los museos.
Ahora voy saliendo a taconear tambièn yo un rato.

Saturday, November 11, 2006

VAINILLAS EN TOLEDO









Seguimos oliendo a Vainilla, pero ya es notorio porque en el tren que nos llevó a Toledo un hombre nos paró para preguntar por nuestro olor. Quedo encantado el majo. Pero es un secreto de dónde saliò esta nueva Vainilla. Un secreto de mi amiga Paulina y mío, sin confesiòn. Jurado y sacramentado en la mismísima catedral.

De vuelta, hace un par de horas, terminamos de armar la historia de los nuevos amigos de Paulina. Los amigos que ha hecho sin mí y que por tiempo (y por espacio) no serán míos. De un venezolano que cree que las madrilenas cuando se constipan es porque se han cortado las trompas de falopio. De una panamena que lloró con ella cuando vió la campaña de Bachellet y de un chico, que me he enterao en Atocha, es sobrino nieto de Sabina. Paulina prometió que recordaría un bar donde él partió tocando en Madrid. Te quedan pocos días, porque ya me voy a París

Friday, November 10, 2006

JAZZ EN MADRID



Herbie Hancock no aparece en las listas del festival de jazz de estos días en Madrid. Pero salimos a buscarlo, con Paulina. Ahora ella está resignada a que me den ganas de escribir cada vez que toma el computador. Como a los niños a los que se les ocurre hacer algo cuando ven a otro haciéndolo. Me cuesta escribir si me miran,sabes?. No encontré a Hancock, pero sí a unos chicanos en el bar de jazz donde llegamos, en Huertas. Vimos Zack Prater Blues band. Salimos y a un par de metros escuché a Calamaro, Ni se imaginan. Entré, miré las caras de los madrilenos sin gesto frente a la voz del Dios. Los miré y me fuí. Esas sorpresas son como las sincronías. Como llegar con sol a Madrid, como encontrar este Festival (y a Hancock que seguir, seguiremos, buscándolo) y como la Vainilla que conpramos en los chinos y que, hace un par de meses, sin contarnos, es el olor de Paulina y mío. Del olor de los madrilenos ni hablar.

Thursday, November 09, 2006

Dia de almudena

Tuesday, November 07, 2006

la que fue devorada por el espejo

Mañana parto para volver, para quedarme, para pensar si o no: si me quedo, si me vuelvo, si espero unos dìas, si amenazo con no volver. Para que me ruegen , para que me extrañen. Porque yo, con lo bien que la voy a pasar, con los paseos, con las vitrinas, los museos, las calles -sobre todo las calles- pensaré en ustedes que me reclaman porque quiero despedirlos en una exposiciòn de Poirot.