Iba cada Domingo a tu puesto del rastro a comprarte



Yo te voy a contar sobre el alma que vimos a la vuelta del Rastro, bajando del metro, de color rosa , unas patitas de hilo apenas tocando el suelo y una niña que corría, mientras su padre hacía caminar al cronopio. Nos encontramos con un cronopio.
El dueño del cronopio me contó que había viajado desde Ecuador, que el cronopio era ecuatoriano. Evidente. Acá nadie anda con las patitas apenas tocando el suelo. Las tienen bien pegadas los madrileños gritones: al tablao, a las calles, a los museos.
Ahora voy saliendo a taconear tambièn yo un rato.
3 Comments:
y como nunca más fue a visitarla... nosotras no pudimos encontrar a la chica que vendía los soldaditos de lata....
La búscamos bajo la ropa, bajo nuestros pies y bajo el cielo azul que ayer hizo en Madrid... Pero nada.
Anita...Carodu te extraña, es difícil mantenerse vacía y poeta sin alguien que te avive la cueca. En este caso, esa serías tú, la que me aviva la cueca.
Calamaro sacó disco nuevo , "El palacio de las flores", búscalo, estará allá?
Le mando un saludo a tu amiga Pauly, que no me conoce, pero debe ser simpática, me la imagino igual a tí, imagínate, qué extraño, una loca con olor a vainilla en cada continente, y ahora juntas, son dinamita?
Besos
Tu amiga Carola
Un par de famas dinamita..
Post a Comment
Subscribe to Post Comments [Atom]
<< Home