Soy muy sensible a los momentos en que las vidas se empiezan a derrumbar. Soy muy sensible a ese crujido que solamente uno siente y que señala que algo se desmorona, que en Deleuze es muy difícil de ceñir porque no se trata exactamente de una enfermedad, no se trata exactamente de un trauma, ni de una experiencia desgraciada. Lo que hay es como una especie de exceso de vida, lo que hace que las vidas se derrumben es siempre como un exceso. Lo que hace que la gente se vuelque al alcohol, o a la autodestrucción, es algo así como que uno tiene demasiados pulmones y eso hay que quemarlo de alguna manera. Y sí, El pasado creo que tiene algo de eso y no sé si es exactamente el exceso de vida lo que hace que la vida de estos personajes se derrumbe, pero lo que hay, creo, es una especie de exceso de belleza, un exceso estético. El momento crack up de la novela es cuando ella, antes de dormir, en un estado de hiper lucidez ya medio sonámbulo, lo mira y le dice: "somos una obra de arte". Creo que ése es el momento en el que todo cruje, ése es el crujido de la novela. En la página siguiente ya están separados. Es el punto en que ya es imposible vivir, esa vida es imposible, porque ellos son como obras de arte, se pueden mirar, se pueden contemplar mutuamente, se pueden reverenciar, pero no pueden vivir así.