Wednesday, May 30, 2007

Te pondré todas las mañanas bajos mis pies
Y haré algo para que puedas sentir
Todo el peso de mi cuerpo sobre tí.

Porque tú y yo no nos perdimos
Ningún cuerpo
Ni sueño ni amor fue perdido (1)

Y dejaré que descanses después del peso
de la manera que quieras
apoyado donde quieras
insultando a quien quieras
si de verdad
te ha dolido como dices

Mientras

Chile entero es un desierto
Sus llanuras se han mudado y sus ríos
Están más secos que las piedras.
No hay un alma que camine por sus calles
Y solo los malos
Parecieran estar por todas partes. (2)

Pero ya se acaba. Se termina. Te paralizas
El cielo se puso verde y es inmenso
No molesta no encandila
Suena
Suena tanto que hasta parece que levanta mi pie.

América es un mar con otro nombre
Todo lo que vive es un mar con otro nombre.(
3)

1 no nos hemos perdido. R. Zurita

2 pastoral I. Raúl Zurita

3. canto a su amor desaparecido. R. Zurita



Primera secuencia


Este es un viaje final hacia el mar, poéticamente representa la vuelta a una madre, a un padre. Pero también su vuelta podría ser la muerte.
Los grandes acantilados son corrientes de agua que chocan irremediablemente contra las paredes de la roca. ¿Es la respuesta final de la geografía al amor del poeta?
Este viaje está lleno de dificultades físicas y humanas. Un viaje final que después del cielo y del desierto, debía terminar en el mar. Él, frente a los acantilados, a la inmensidad de esa geografía imagina como 10 poemas pueden ser colgados en estas grandes rocas. Zurita nos habla de su cuerpo desgastado y de la dificultad real de poner estas grandes estructuras en la geografía chilena.

Friday, May 18, 2007

Cielo Verde

Rodrigo Ferrari. Caballero cruzando calle Blanco antes de que se largara a lloverJusto antes que se ponga a llover, este hombre cruza la calle. Lleva en su mano una maleta roja. Si el color no fuera tan intenso, pensaría que es la luz. La verdad no es una maleta, es una bolsa, pero la bolsa tiene sensación de maleta. Y la luz de viaje. Y el cruce con esa profundidad de calle, pero más a la vereda del frente, me mata, me encanta. Porque atrás justo a la izquierda o antes que se largara a llover hay un agujero. Supongo que es profundo y es alucinante que esté atrás y que por delante, hacia donde él cruza, esté todo completamente iluminado y de verde, son intensos los cielos verdes

Good Morning, Heartache


Después de varios despiadados años, fatales e inútiles, te das cuenta que no necesitas poner el culo para ganarte 20 dólares. Pero fué y después de todo no estuvo tan mal. Pasar por las mesas de Pod´s and jerry´s para que terminaran dándote el dinero en las manos.
Si la cruzas 20 veces y siempre no, pero una vez sí, vale la pena por esta vez definitiva. Recuerda que no se puede vivir si no es parado en la fe.
Escuchas profundidad en los sonidos y fantásticamente en las palabras.

A la santísima trinidad y la pornografía.
A la gravedad, los adtempos,
las pausas, las cuerdas
el soul

Mujer, acabas de cerrar un pacto de lujo.

Monday, May 14, 2007

Mute


Ahora Zurita- me largo- ya que de puro verso y desgarro pudiste entrar aquí.

R. Zurita

Wednesday, May 02, 2007

Rosal 358


Nosotros nos inventamos con muy poca imaginación que... las niñas de rosal… Así, literalmente, en un arranque de entender quiénes éramos cada una y las tres juntas viviendo en un edificio viejo, en la mitad de un pasaje francés. A ese mal invento se sumó un ataque de locura del piso de abajo. Fue cuando llegamos. Un mal principio, pero todo lo que pasó después, arregló nuestras vidas, de a tres.

Así empezamos a vivir, mitad serie gringa, con juntas, pelambres y conversas eternas. Tejidos, cafés, comidas, fiestas interminables. Mitad serie animada, como en los cuentos, con más historias, películas, canciones, regalos, poemas colgados e invenciones sobre la gente que vivía fuera de nuestro mundo rosal. Fuimos las tres, con todo lo que las tres somos. Ahí medias invernales, medias primaverales

Con los techos crujiendo, con las mañas a media madrugada, con la música fuerte, con ¿con quién habrá llegado esta vez?. Nuestros espionajes, la vida privada en común. Ahí medianamente otoñas y medianamente veraneantes, fuimos convirtiéndonos con mucha imaginación en tres rosales.

Y en los pisos del resto de la comunidad siguieron pasando cosas. Se volvió a meter el loco ¿recuerdan?. Volvimos a escuchas ruidos impropios de la muralla de al lado, de arriba. Volvimos a nuestra invención sobre este edificio fantástico. Y seguíamos tejiendo y tomando café. Haciendo planes, recordándonos que, reclamándonos esto, exigiéndonos las semanas de conclave juntas.

Con presencias y ausencias, volvimos a hacerlo, todos los años. Aparecíamos y desparecíamos y nos pasábamos lista, nos enterábamos de las tres. Tenemos historias, niñas, incontables e impublicables.

Pero haciendo una excepción a la norma antiliteral de este blog voy a recordarles el 6 de agosto del año pasado cuando la niña de los malos comportamientos de arriba, sometida a cualquier reclamo de las madres de abajo, recibe y ejecuta la orden de bajar inmediatamente, en el estado en qué estés, a la sucursal del piso de abajo en la mejor condición en la que puedas. Ahí estabas vos, la desertora, la rosal sin aguantar contarme que acababan de pedirte matrimonio. Dani, aceptaste. Tenías un anillo en dedo.

Y sabíamos con fecha exacta que te irías y tuvimos tiempo para despedirnos para pensar en el día en que empezarías a bajar tus cosas de rosal y llenaríamos este edificio de nosotras mudándote. Bueno fue, fue y nos dio pena, como tenía que pasar. Después de despedirnos, nos quedamos con la nueva rosal pensando en tí. Encendimos tu tele y nos pegamos un rato.