Wednesday, February 27, 2008

Ana


Recuerdo que no había nada que te hiciera más feliz que detenerte sola frente a la luna y mirarla con fuerza (tu pensabas que si no pestañaba era así). Recuerdo que le creías, que a veces le hablabas como si fuera Dios. Le preguntabas cosas sobre tí, sobre la Roberta y la Micaela, sobre tu hermano, tu abuela, tu nana, tu padre y tu madre, en ese orden. Preguntabas y esperabas un sí o un no. Después contabas sus miles de ojos en su cara blanca y redonda.

Fue porque naciste de una superstición de tu madre que creía en ella más que en Dios. De cuentos de campo sobre mujeres que concebían a sus hijos en noches de luna llena. Viniste así al mundo jodida y encantada por la luna. Bajo su más fuerte dominio.

Y creciste pensando que le debías algo de tu infancia.
Algo del 14, algo de sus ojos, algo de tu superstición

(esta foto está acá porque la luna es en verdad una estrella)

1 Comments:

Blogger MagnoliaNegra said...

Hace tiempo no pasaba a visitarte, en verdad, sí lo hago....pero ahora me encontré con extraordinarias y sutiles bellezas.

Este me encantó, pq imaginé tu rostro viendo la luna desde el balcón.

Te extraño...

11:41 AM  

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