por ahí, la salida

Yo hago como que miro a esa ventana buscando luz y arrugo un poco la nariz. Nunca tuviste buen olfato, siempre equivocándote en la mitad, es por la sangre, te excusas. Por eso perdonas, perdonas, perdonas. Por eso haces cada vez más esfuerzos por inhalar más profundo. Ya has advertido tus problemas respiratorios pero hay enfermedades que solo se curan con una intervención mayor, afilando los extremos punzantes de algo parecido a eso. Después yo hago como que cierro las ventanas para que se noten menos los intersticios. Algunas veces inútiles como esos esfuerzos por adivinar de donde sale ese olor.
0 Comments:
Post a Comment
Subscribe to Post Comments [Atom]
<< Home