Sobre un montón de cosas de verdad que van pasando

El recuerdo, tantas veces, del te lo dije. La cantidad de cosas en cámara lenta. Tres puertas sobre las que pusiste un nombre, de una de ellas ahora entra luz. La luz, porque eso es igual a una verdad, la que sea. Tu regalo de navidad en nuestro pobre árbol de pascua. Algo que dijiste que iba acompañado de dos papeles y dos cintas idénticas. Teresa, el padre de teresa, aunque, una vez más, la huérfana sea yo. Este montón de invitados que son amigos de amigos y nos hacen reír. Goran. Todas las películas que van y vienen. El Pasado y mi libro. Las llegadas en todos los estados (recuerdo tres) Los jabones que querías que prendiera en tu cumpleaños. El número 22 y el 14.La cara que tenemos que dar, el perdón que tenemos que pedir. Las blusas con vuelo en el centro de Temuco, Til til, Pomaire y el más largo viaje de vacaciones de verano al litoral central.
Las ideas que metes en mi cabeza. Las que meto yo en tí
Los malos hombres.
La Hija, el padre, el prócer, tu venganza.
La fiesta gitana,
El esloveno o el eslovaco, el italiano
Caperusita, Blanca nieves y los príncipes,
si existieran
Y tantas cosas más
Prostituta querida,
Te quiero tanto
Pero no vuelvas a decirme
Que me tranquilice a las 12 de la noche cuando no puedo dormir
Las ideas que metes en mi cabeza. Las que meto yo en tí
Los malos hombres.
La Hija, el padre, el prócer, tu venganza.
La fiesta gitana,
El esloveno o el eslovaco, el italiano
Caperusita, Blanca nieves y los príncipes,
si existieran
Y tantas cosas más
Prostituta querida,
Te quiero tanto
Pero no vuelvas a decirme
Que me tranquilice a las 12 de la noche cuando no puedo dormir
porque estoy triste
O por las ideas que metes en mi cabeza o las que meto yo en tí
O por las ideas que metes en mi cabeza o las que meto yo en tí
4 Comments:
Cabra de cerro afanada en la tristeza. Recuerdas. A veces más cosas de las que puede llevar el alma en el verano.
Borra de una vez y para siempre todas las citas de libros pasados, marcadas con puntito y lapiz mina. Es menos difícil de lo que te imaginas. Tal vez así puedas dormir para no llamarme a media noche con voz de pena.
Borrar. Cambiar. Para eso no basta con dejar el blanco por el bronceado fascinante. No alcanza con dejar de leer los cuentos de hadas ni con abrir los brazos a nuevos amigos desconocidos.
Te propongo que pronto le cambiemos el nombre a las tres puertas. Que las pintemos de otro color y que le pongamos otros pañuelos. Podemos planearlo en nuestras vacaciones pobres que enmarcaremos con fotografías o en otro cuento a la medida de los sueños.
Si no puedes soñar. Llámame. Igual lo resolveremos aunque sea a media noche. Ah, y si no quieres que te rete, parte por dejar de decirme prostituta.
Imbécil, me hiciste llorar.
últimamente es tan fácil. Se supone que estas cosas pasan con el frío, a mi me da por llorar con el calor. En uno de los libros que leí cuando era niña decía que las altas temperaturas bloquean el pensamiento, a mi me da por pensar. Soy tan al revés,tantas veces.
No sé que pase con las puertas, si las pintamos o terminamos de sacar la pintura blanca para ver la madera natural. ¿qué dices?. Crees que todavía valga la pena abrir las otras dos?, yo creo que sí. Que podemos seguir inventando historias, pero que sean livianas y poco creíbles,para hacer de los dramas melodramas y de las venganzas pura redención.
Y no seas patuda, que tus vacaciones no tienen nada de pobre. Y las mías tampoco.
ahhh, y mi bronceado ya no está tan fascinante. Estoy conviriéndome en serpiente.
No sé si es bueno o malo
cambiar la piel
o acumular veneno
y escribí Caperusita con s. Definitivamente, el calor
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