Thursday, December 28, 2006

Navidad,


Te senté en el Piano. No tienes partitura. Pero toca Alfonsina para que recordemos a nuestros muertos.
Daniela, la tercera más chica de la familia tiene unos dedos envidiables, y un oído y una contención que no podría explicar. Quise decirte que era por ellos, nuestros tíos que con solo dos años de diferencia se fueron.
Tienes revuelta un poco el alma, mi niña. Yo me acordé de una foto que mi padre sacó cuando fui a conocerte, a tu casa en San Pedro. Te parecías tanto a tu hermano, con la cabeza llena de círculos. Tú no te acuerdas, pero yo un poco te adopté. Y tenías todos los años tantas cosas nuevas. Agarraste el piano. Una vez te pedí que me enseñaras. Pero no podías detener tus dedos para explicarme que sentías cuando los apoyabas y agarrabas las teclas. Te miré como apretabas los pedales, con tanta rabia. Te he visto como te gusta tocar Piazzolla, como te va pasando el tango por la vida. Me detengo en tu fuerza, que tienes tanta, tanta. Pavana. ¿Tu sabes que ese también es un poema?. Viene una próxima y vas a tenerla en tus manos y yo iré para verte como te sigue teniendo a tí. Dime si también Shostakovich te ha agarrado como creo.

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