Friday, February 16, 2007

La Santísima Trinidad Parte 2.2


La niña de las cerillas se quedó encendiendo las cerillas, no se quemó, ni se durmió, se murió. Eso es tremendo. Su final trágico me convence menos que el happyending. Es más real, cierto, puede que hasta más heroico (que un par de enanos y un príncipe salvando a una puta de otra puta más vanidosa) Pero son cuentos, niño, son solo cuentos.

3 Comments:

Blogger Mapaz said...

Empecinada. Alucinada con finales tristes. Con o sin maleta. Con o sin tragedia. No te quedes dormida con la cerilla apagada. Que no te lleve aún la muerte. Eres una niña, pero aunque no te has dado cuenta, tienes zapatos en los pies. Y aunque no lo creas están más nuevos de lo que parecen. Párate, míralos y sale a andar un rato. Más allá de la calle, más allá de los gatos en los techos,pasa las putas de la esquina y dobla donde encuentres las flores. Te las llevas en la mano y se las das a quien te parezca dos cuadras arriba. Preocúpate que no escurra el agua, podrías mojar tus zapatos y congelar tus pies.

7:18 AM  
Anonymous Anonymous said...

què bonito. esto lo entendì y me gustò. algo breve, pero es mucho pensando que sòlo escribo gratis cartas de amor...

9:09 AM  
Blogger Pauly said...

A veces los finales tristes no los queremos, pero llegan solos... y no lo podemos evitar por más que queramos.
Estoy leyendo el pasado, no sé si será la mejor terapia para olvidar esos buenos momentos que no quiero olvidar. Pero así son los finales, muyyyyy penosos.

11:58 AM  

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home